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¿Hay errores en la Biblia?

Biblia

diciembre 10, 2025

Muchos pasajes bíblicos reflejan costumbres antiguas, y conocerlas puede ser muy útil para interpretar un texto.

Frank M. Hasel, PhD

Los cristianos, a lo largo de los siglos, han aceptado la Santa Biblia como la Palabra de la verdad. Sin embargo, sobre todo a partir de la Ilustración en el siglo XVII, muchos estudiosos afirman que la Biblia contiene una serie de errores: conceptos doctrinales equivocados, errores científicos, contradicciones, discrepancias relacionadas con nombres y números, así como un lenguaje inexacto. Antes de analizar esta idea, debemos entender cuál es el origen de la Biblia. Según el propio testimonio de la Biblia, “toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Pedro afirmó que “la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana” (2 Pedro 1:21, NVI). Esta verdad no se limita al Antiguo Testamento, ya que los apóstoles consideraban que su mensaje tenía autoridad divina. Pablo, por ejemplo, escribió: “Cuando ustedes recibieron la palabra de Dios que nosotros les predicamos, no la recibieron como mera palabra humana sino como lo que es, como la palabra de Dios” (1 Tesalonicenses 2:13, Nueva Versión Internacional).

La Biblia fue dada por inspiración de Dios, pero los escritores de la Biblia no eran simplemente la pluma o el bolígrafo de Dios (es decir, meros instrumentos de escritura), sino verdaderos autores. En otras palabras, escribieron los 66 libros de la Biblia utilizando su propio estilo, lenguaje y forma de pensar, pero todo bajo la dirección del Espíritu Santo. Por lo tanto, todos los libros de la Biblia llevan las marcas de la autoría humana. Así, podemos considerar esto como “el rostro humano de la Biblia”.

Por otra parte, algunos libros ─como Reyes, Crónicas y el Evangelio de Lucas─ afirman claramente que fueron escritos mediante una investigación histórica (1 Reyes 22:39, 45; 1 Crónicas 29:29; Lucas 1:1-4). Algunos escritores bíblicos incluso citan a autores paganos (Hechos 17:28), y Judas parece referirse a un libro no inspirado (Judas 14-15).

Ahora bien, hay otros elementos de este “rostro humano” de la Biblia:

Lenguaje

Cuando se trata de declaraciones bíblicas, debemos recordar que los escritores bíblicos a menudo utilizaban un lenguaje común (no técnico) y cotidiano para describir lo que sucedía. Por ejemplo, hablan de la salida del sol (Números 2:3; Jos. 19:12) y de la puesta del sol (Deuteronomio 11:30; Daniel 6:14), es decir, utilizan un lenguaje basado en la observación y no un lenguaje científico preciso. No podemos leer estos textos y concluir que la Biblia enseña que el sol gira alrededor de la tierra. Incluso los científicos y otros estudiosos utilizan este lenguaje popular en su vida cotidiana. Por lo tanto, la inexactitud técnica no significa un error o una mentira.

Recursos literarios

Los escritores bíblicos también emplearon diferentes recursos literarios, como la poesía, las parábolas, las metáforas, los símbolos, etc. Muchos libros bíblicos, especialmente en el Antiguo Testamento, son narraciones históricas; mientras que otros contienen textos legales, dichos sapienciales o profecías apocalípticas. Diferentes tipos de material requieren diferentes métodos de interpretación; por lo tanto, distinguir estos recursos literarios en la Escritura ayuda a evitar interpretaciones erróneas. No sería correcto entender una metáfora literalmente y luego decir que determinado texto bíblico contiene un error.

Costumbres antiguas

Muchos pasajes bíblicos reflejan costumbres antiguas, y conocerlas puede ser muy útil para interpretar un texto. Por ejemplo, era común en la antigüedad dar diferentes nombres a la misma persona. Así, Esaú también era conocido como Edom, y Gedeón como Jerubaal.

Otro ejemplo es que se utilizaron diferentes métodos para contar el periodo de gobierno de los reyes. Durante mucho tiempo, los que no creían en la Biblia calcularon la duración de los reyes de Israel y Judá y encontraron varias contradicciones. Hasta que, en 1943, el erudito adventista Edwin Thiele completó su tesis doctoral en la Universidad de Chicago y demostró que la información bíblica está en perfecta armonía con los antiguos métodos de conteo.1

La transmición de los manuscritos bíblicos

Es un hecho conocido que todos los manuscritos originales de los autores bíblicos se han perdido. Aunque los judíos fueron muy cuidadosos a la hora de copiar los manuscritos bíblicos, se produjeron algunos errores administrativos a lo largo del proceso de transmisión y copia de los manuscritos. Sin embargo, estos errores son tan insignificantes que ninguna persona honesta debe confundirse o malinterpretar la Biblia. En realidad, la Biblia es el documento mejor transmitido y conservado de la antigüedad. Ningún libro antiguo se ha conservado tan bien como la Biblia, de la que se produjeron algunas copias pocos años después de que se escribiera el original.2

Pues bien, durante el periodo en que la Biblia se copiaba a mano, surgieron diversas discrepancias entre los manuscritos. Así, algunos manuscritos dicen que David tomó 700 jinetes de Hadad Ezer, mientras que otros dicen que fueron 1700 (2 Sam 8:4). Otro texto bíblico afirma que fueron 7000 (1Cor 18:3-4). El origen de este problema radica en que estos números tienen un sonido muy similar en hebreo. Cuando un escriba dictaba el texto a otro, a veces se producía esta confusión. Sin embargo, es importante señalar que estos errores nunca comprometen el mensaje o las doctrinas de la Biblia, sino son solo detalles periféricos como números y nombres de personas.

Algunas de estas discrepancias tienen explicaciones perfectamente satisfactorias; otras pueden tener su origen en los errores de los copistas. Casi todos los supuestos “errores” de la Biblia pueden explicarse por las razones expuestas arriba.

La Biblia es confiable

En la Biblia hay pequeñas discrepancias desde el punto de vista técnico de nuestros días, pero eso no significa que no sea fiable en cuanto a la historia y los hechos que describe. No podemos cuestionar la historicidad de los capítulos 1 al 11 del Génesis, los relatos de los patriarcas o los acontecimientos narrados en los libros proféticos o en los evangelios. La fe cristiana es histórica en el sentido de que depende en esencia de lo que ocurrió realmente (véase 1 Corintios 15:12-22).

Así pues, los aspectos históricos de la Biblia no pueden separarse de su contenido teológico. De hecho, “eliminar el aspecto histórico de las Escrituras es eliminar aquello que demuestra la fidelidad de Dios” porque Dios actúa en la historia.3 Jesucristo y los apóstoles aceptaron como verdaderos los acontecimientos históricos registrados en el Antiguo Testamento, incluidos los relatos de Adán y Noé (Mateo 19:4, 5; 24:37; Hechos 24:14; Romanos 15:4), porque estos y los demás acontecimientos históricos forman parte de la historia de la salvación presentada en la Biblia.

Conclusión

¿Hay errores en la Biblia? Si por “error” se entiende que la Biblia no utiliza un lenguaje moderno, científico o técnico, entonces podemos decir que contiene errores. Pero eso sería imponer a la Biblia un concepto que le es ajeno y que es poco realista incluso para nuestra vida cotidiana. En cambio, si “error” significa que la Biblia enseña mentiras en su mensaje o en cuanto a la historia humana, la respuesta es “no, la Biblia no contiene errores”. La Biblia es la revelación de la verdad y la voluntad de Dios. Muchos de los llamados “problemas” de la Biblia no son del texto bíblico, sino del lector.

Sin duda, en la Biblia encontramos afirmaciones desafiantes e incluso discrepancias en los detalles. Pero ninguno de ellos interfiere en la enseñanza y la fiabilidad histórica de las Escrituras. Podemos estar seguros de que la Biblia que tenemos en nuestras manos es la verdad de Dios y que puede hacernos sabios para la salvación.

Autor: Frank M. Hasel, PhD

Frank M. Hasel, PhD, es profesor de Teología en el Seminario de Bogenhofen, Austria. 

Fuente: Gerhard Pfandl, ed., Interpreting Scripture: Bible Questions and Answers, Biblical Research Institute Studies, v. 2 (Silver Springs, MD: Biblical Research Institute, 2010), pp. 33-41.

Referencias

1 Edwin R. Thiele, The Mysterious Numbers of the Hebrew Kings, 3.ª edición (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1983).

2 Sobre los manuscritos del Nuevo Testamento, véase Wilson Paroschi, Crítica Textual do Novo Testamento (São Paulo: Vida Nova, 1999).
3 Noel Weeks, The Sufficiency of Scripture (Edimburgo: Banner of Truth, 1988), p. 50.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/existem-erros-na-biblia/

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