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El pecado contra el Espíritu Santo

Espíritu Santo

octubre 13, 2025

Una de las obras más importantes del Espíritu Santo es llevar a los seres humanos a arrepentirse de sus pecados y a aceptar a Cristo como Salvador y Señor.

Alberto R. Timm

¿Qué significa pecar contra el Espíritu Santo (Mateo 12:31-32)?

El tema del pecado contra el Espíritu Santo lo menciona Cristo en el contexto de la curación de un endemoniado ciego y mudo (Mateo 12:22-32; Marcos 3:20-30). Esta curación llevó a “toda la multitud” que seguía a Jesús a preguntar si era “acaso el Hijo de David”. Pero los fariseos, envidiosos de la popularidad de Jesús, objetaron: “Este expulsa a los demonios solo por el poder de Beelzebú, el jefe de los demonios” (Mateo 12:23 y 24). Es evidente que los fariseos atribuían a Satanás la obra que el Espíritu de Dios estaba realizando a través de Cristo.

Para entender mejor el tema, es necesario recordar que una de las obras más importantes del Espíritu Santo es llevar a los seres humanos a arrepentirse de sus pecados y a aceptar a Cristo como Salvador y Señor. Pero esta obra acaba neutralizándose en la vida de quienes se resisten persistentemente a las llamadas del Espíritu Santo. Así contristan al Espíritu Santo (Efesios 4:30) y suprimen su influencia sobre la conciencia individual (1 Tesalonicenses 5:19). Con un corazón endurecido por el orgullo (Hebreos 3:7-15), pierden la sensibilidad espiritual y las percepciones morales, y acaban formando una escala de valores distorsionada en la que la obra del Espíritu Santo se atribuye muchas veces a Satanás y la de Satanás al Espíritu Santo.

En las Escrituras encontramos varios casos de personas que pecaron contra el Espíritu Santo. Por ejemplo, el Faraón, ante quien Moisés y Aarón habían realizado grandes señales y prodigios, endureció su corazón hasta el punto de que el Espíritu de Dios ya no tenía más acceso a él (Éxodo 5 a 12). Judas Iscariote no permitió que el Espíritu Santo lo disuadiera de traicionar al Maestro, a pesar de las advertencias de Cristo (Mateo 26:21-25). Ananías y Safira mintieron al Espíritu Santo y fueron castigados por ello (Hechos 5:1-11). Sin duda, estas personas se perdieron porque no permitieron que el Espíritu Santo los guiara al arrepentimiento.

Por otro lado, la Biblia también menciona a algunos individuos que se alejaron de Dios, pero se arrepintieron más tarde. Sansón, de quien se dice que “no sabía que el Señor ya se había apartado de él” (Jueces 16:20); sin embargo, clamó luego y su oración fue atendida (Jueces 16:28-30). Su nombre aparece entre los héroes de la fe (Hebreos 11:32). Manasés fue tal vez el peor rey hebreo, pero, después de ser llevado cautivo por el ejército asirio, se humilló ante Dios y emprendió una importante reforma religiosa en Judá (2 Reyes 21:1-18; 2 Crónicas 33:1-20). Estos ejemplos revelan que incluso los casos aparentemente sin esperanza pueden revertirse si la persona se humilla ante Dios y clama por ayuda.

El problema de los fariseos, mencionado anteriormente, era que el orgullo y la autosuficiencia los habían endurecido hasta el punto de que ya no percibían los milagros de Cristo como señales realizadas “por el Espíritu de Dios” para traer el “reino de Dios” (Mateo 12:28). Dado que el arrepentimiento es la condición para el perdón de los pecados (Hechos 2:38), nunca serían perdonados mientras siguieran atribuyendo a Satanás la obra que el Espíritu Santo efectuaba para llevarlos al arrepentimiento.

De esto podemos concluir que el pecado contra el Espíritu Santo es no reconocer nunca los propios errores. Mientras una persona reconozca que se equivoca y que debe cambiar, puede estar segura de que no ha ido demasiado lejos. Los que se preguntan si por casualidad no han cometido el pecado imperdonable demuestran con esta actitud que su conciencia no ha perdido completamente su sensibilidad. Cuando una persona ya no reconoce sus propios errores, se encuentra en el camino peligroso. Aun así, no debemos perder la esperanza. Experiencias como las de Sansón y Manasés revelan que incluso las personas totalmente degeneradas pueden volver a Dios si le dan al Espíritu Santo la oportunidad de llevar a cabo su obra regeneradora.

Autor: Alberto R. Timm es PhD en Teología por la Andrews University.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/pecado-contra-o-espirito-santo/ 

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