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¿Cuáles son nuestras motivaciones?

Salvación

noviembre 14, 2025

A menudo cruzamos el valle de la sombra de la muerte, no por nuestro propio bien, sino por amor a otras personas. Somos espectáculos para el mundo y para los ángeles.

Alejandro Bullón

La vida del patriarca Job nos muestra cómo actúa el diablo cuando quiere destruir lo más hermoso que posee el hombre: su relación de amor con la fuente de salvación que es Cristo.

La Biblia presenta a Job como un hombre perfecto. La integridad y la rectitud de su vida eran fruto de su amor a Dios. Se “apartaba del mal” porque temía causar dolor a la persona que más amaba. Y el resultado fue que Dios estaba orgulloso de Job. Con alegría resaltaba la vida de este amado siervo, y dijo al enemigo: “Mira esta vida, ¿has visto cómo me ama este hijo y camina por mis caminos?”.

Pero el enemigo siempre tiene un arma escondida bajo la manga. Para él no hay peor derrota que la vida de un hombre que decide seguir a Jesús y le entrega su corazón, y deja la esclavitud en la que vivía. Satanás no podía soportar que Job se escapara de sus manos y que Dios lo mostrara como un hombre victorioso y un ejemplo de integridad.

Por eso contrarrestó: “¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio?… Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!” (Job 1:9, 11, NVI).

El diablo hablaba de las motivaciones.  “¿Servir a Dios? ─decía él─. Cualquiera puede servir si es recompensado con tantas bendiciones. No te quiere. Quítale todo lo que tiene y conocerás sus verdaderas motivaciones”.

La pregunta de hoy es ¿conoce Dios los motivos íntimos que escondemos en nuestro corazón? ¿Podemos engañarlo? Si él conocía los motivos de Job, ¿por qué le dio cuerda al diablo y permitió todo el sufrimiento de su siervo?

A menudo cruzamos el valle de la sombra de muerte no por nuestro propio bien, sino por amor a otras personas. Somos espectáculos para el mundo y para los ángeles. El universo entero tiene sus ojos puestos en la tierra observando el conflicto de los siglos. Pero el enemigo lanza una acusación más: “No te sirve sin ningún interés”.

El sufrimiento de Job fue para el honor y la gloria de Dios, y para bendición de todo el universo. Cuando el patriarca tocó fondo, pobre, enfermo, solo, abandonado por todos, dijo: “Sé en quién he creído”. El diablo recibió una de las mayores bofetadas en la cara. Fue desenmascarado ante las criaturas de otros planetas. Toda la vileza y la perversidad de su carácter quedaron una vez más al descubierto.

¿Cuáles son las motivaciones de nuestro servicio? ¿Estamos del lado del Padre solo cuando las cosas van bien? ¿O seguimos amándolo y confiando en él en los momentos de sufrimiento?

Autor: Alejandro Bullón es evangelista y escritor.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/quais-sao-as-nossas-motivacoes/ 

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