Era una vez… La historia original
Cielo
diciembre 12, 2025
Lucifer insinuó que la paciencia, la misericordia y la bondad de Dios hacia él eran signos de debilidad.
Neila Oliveira
No sé si han notado una nueva tendencia entre las películas que se producen para el público infantil y juvenil. Las historias que conquistaron a una generación se vuelven a contar ahora, pero con un enfoque diferente: explorando el “antes”. Frases como “Esta es una vieja historia, contada de una manera nueva…” “Toda leyenda tiene un principio…” “La historia no contada…” “Conoce cómo empezó todo…” se han convertido en algo bastante común en los anuncios y trailers de los lanzamientos.
En un aspecto, los productores de estas películas tienen razón. Realmente hay una historia original detrás de las otras: hay un “antes”. Sin embargo, la pregunta que hay que hacerse es ¿cuánto de esa historia conoce la gente?
Permítame ser más objetiva: ¿cuánto sabes de esa historia? ¿Qué tal una prueba? He aquí una sinopsis de la misma*:
Todo era perfecto en el cielo. Había orden y todos vivían felices. Los ángeles amaban a su Creador. Como seres libres, servir a Dios era su mayor alegría.
Cristo, el Hijo de Dios, también fue muy amado por los ángeles. Incluso había un nombre con el que se identificaba con los ángeles: Arcángel Miguel. La Biblia nos dice que este es uno de los nombres de Jesús (Apocalipsis 12:9). Era el Comandante del Cielo.
Todo estaba en perfecta armonía. Hasta que un día ocurrió algo que cambió ese estado de felicidad. Hubo alguien que abusó de la libertad que Dios había concedido a sus criaturas. Lucifer, que por debajo de Cristo era el más honrado entre los habitantes del cielo, comenzó a desear el poder que legítimamente le pertenecía al Hijo de Dios.
Cuando Dios, el Rey del universo, convocó a los ejércitos celestiales para reafirmar la verdadera posición de Cristo como su Hijo y anunció que pronto Jesús ejercería su poder divino en la creación de un nuevo planeta y sus habitantes, la envidia se apoderó por completo del corazón de Lucifer.
“¿Por qué debería tener Jesús la supremacía?” ¿No era él, Lucifer, el más honrado entre los ángeles? Tenía que hacer algo al respecto. Al principio, disimuladamente comenzó a esparcir la semilla de la duda con respecto a las leyes que regían a los seres celestiales, y sugirió que los ángeles no necesitaban esas leyes, pues ya eran lo suficientemente inteligentes y sabían qué hacer. Sus pensamientos ya eran santos. Sus posibilidades de errar no eran mayores que las del propio Dios. Muchos no se dieron cuenta de las intenciones de Lucifer. Al fin y al cabo, como querubín protector, era un guardián de la ley de Dios (véase Ezequiel 28:14).
Lucifer fue incluso un poco más allá y declaró que si era elegido como líder ofrecería la libertad a todos. ¿Pero qué libertad? Ya eran libres… Desgraciadamente, muchos ángeles fueron cegados por los engaños de Lucifer. Estaban convencidos de que estaba luchando para promover la armonía y la paz, y de que no había que exaltar a Jesús.
Mientras tanto, Dios, que sabía todo lo que Lucifer estaba haciendo, fue paciente con él. Le dio la oportunidad de arrepentirse y volver atrás. Lucifer estuvo a punto de decidirse a dar la vuelta, pero el orgullo lo detuvo. No quería volver atrás. Consideró que era un sacrificio demasiado grande para alguien que había sido tan honrado confesar que se había equivocado.
Lucifer insinuó que la paciencia, la misericordia y la bondad de Dios hacia él eran signos de debilidad. Así que decidió rebelarse abiertamente contra el gobierno de Dios. De esta manera, Lucifer, el “portador de la luz”, se convirtió en Satanás, el “adversario” de Dios y de los seres santos. Convenció a la tercera parte de los ángeles para que lo aceptaran como su jefe. En poco tiempo, el descontento y la desconfianza contaminaron la atmósfera del cielo.
Las cosas no podían seguir así. De modo que hubo una terrible guerra en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon contra Lucifer y los ángeles que estaban a su lado. Finalmente, estos últimos fueron expulsados (Apocalipsis 12:7-9).
Muchos se han preguntado por qué Dios no destruyó a Lucifer antes de que las cosas llegaran tan lejos. La respuesta está en el hecho de que el gobierno de Dios incluía no sólo a los habitantes del cielo, sino a todos los mundos que Él había creado. Si Dios hubiera destruido a Lucifer, quedaría una duda sobre el verdadero carácter de Dios y también sobre las verdaderas intenciones del enemigo. Por lo tanto, Dios permitió que Lucifer continuara con sus propósitos. Sus obras lo condenarían.
Cuando Adán y Eva pecaron, el enemigo pensó que había vencido. Sin embargo, el primer día de pecado en la tierra marcó definitivamente el comienzo de la derrota de Satanás. Inmediatamente se puso en marcha un plan. Los seres humanos tendrían la oportunidad de ser redimidos y el carácter de Dios sería reivindicado para siempre a través de Jesús. Viviría como un ser humano demostrando que es posible cumplir la ley de Dios, la cual es justa y perfecta, y moriría como Redentor de la humanidad. Su resurrección volvería a unir la tierra y el cielo (1 Timoteo 2:5, 6). Los seres humanos tendrían la oportunidad de volver a vivir como Dios siempre había planificado. La posibilidad de un final feliz se convirtió en una realidad y no solo en la conclusión de historias inventadas.
Final feliz
A lo largo del tiempo, muchas personas han formado parte de esta historia, que no es ficticia: es real. Y ahora, te has convertido en uno de sus personajes. Cada día, sin que te des cuenta, se libra una batalla entre dos partes. De un lado está Aquel que nos amó tanto que no escatimó esfuerzos para salvar a la humanidad (Juan 3:16). Del otro lado, hay alguien que odia y desea solo la destrucción del ser humano para golpear el corazón de Aquel que lo creó. Sabiendo que tiene poco tiempo (Apocalipsis 12:12), el enemigo ha inventado un “antes” diferente para esta historia, con la intención de confundir a la gente y hacerles creer que los papeles están invertidos.
Ten cuidado cuando veas frases como “A veces la oscuridad viene de lugares inesperados…”, “Esta no es la historia que ya conoces, porque a veces los amigos empiezan como enemigos, y los enemigos como amigos”. Desecha el guion alternativo y opta por la historia original, escrita y dirigida por el verdadero Autor de la historia. Dios garantiza que el final será realmente feliz. Pero recuerda: tienes que conocer toda la historia. A menudo las mejores sorpresas se encuentran en las últimas páginas.
* Texto basado en los capítulos 1 al 4 del libro Los elegidos.
Autor: Neila Oliveira es autora de libros infantiles y coordinadora editorial de la Lección de Escuela Sabática para adolescentes.
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/era-uma-vez-a-historia-original/
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