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Perfección y perfeccionismo

Perfección

diciembre 5, 2025

¿Qué es el perfeccionismo? ¿Qué concepto de pecado tienen? ¿Cuál es la visión bíblica de la perfección?

Pr. Alberto Timm, Ph. D.

Hay muchas discusiones en torno a los conceptos de perfección y perfeccionismo. La propia tesis doctoral de Hans K. LaRondelle, titulada Perfection and perfectionism: A Dogmatic-Ethical Study of Biblical Perfection and Phenomenal Perfectionism [Perfección y perfeccionismo: estudio dogmático-ético sobre la perfección bíblica y el perfeccionismo fenoménico], defendida en la Universidad Libre de Ámsterdam (Holanda), considera el tema en profundidad. Incluso en pocas palabras, podemos destacar algunas similitudes y diferencias entre la perfección y el perfeccionismo. En cuanto a las similitudes, los defensores de ambos conceptos asumen que la vida cristiana está llena de victorias en Cristo, lo que implica un constante alejamiento del pecado y un continuo acercamiento a Cristo.

Una de las diferencias básicas se refiere a la doctrina del pecado. Los que aceptan el concepto bíblico de perfección reconocen que los actos bíblicamente pecaminosos son manifestaciones de la naturaleza pecaminosa en la que se encuentra el pecador. En Marcos 7:21-23, leemos: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los asesinatos, los robos, la codicia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la blasfemia, la soberbia, la necedad. Ahora bien, todos estos males provienen del interior y contaminan al hombre”. Por lo tanto, en palabras de Lutero, “las obras malas nunca hacen al hombre malo, sino que el hombre malo realiza obras malas” (De la libertad cristiana, párr. 23). Por el contrario, el perfeccionismo tiende a definir el pecado más desde la perspectiva de los actos pecaminosos que deben ser superados para que una persona sea considerada justa.

Otra diferencia importante que hay que mencionar tiene que ver con la comprensión de la naturaleza humana de Cristo durante la encarnación. Los que siguen el concepto bíblico de perfección suelen creer que Cristo asumió una naturaleza humana debilitada, física y morfológicamente como consecuencia de miles de años de pecado, pero que en los aspectos espirituales y morales no tenía tendencia a pecar. Según Ellen G. White, “ni por un momento hubo en él propensión al mal” (E. G. White, SDA Bible Commentary, v. 5, p. 1128). Por su parte, los perfeccionistas creen que Cristo vino al mundo con la misma naturaleza y las mismas tendencias al pecado que el resto de los seres humanos, y que, al igual que él, nosotros también podemos superar el pecado. Sin embargo, si Cristo vino en la misma condición de pecado que los demás pecadores, ¿cómo podría ser el Salvador de la humanidad si él mismo necesitaría de un salvador?

Una tercera diferencia se refiere a la victoria sobre el pecado. Los que defienden el concepto bíblico de perfección reconocen que el pecado es ofensivo para Dios y aleja a los seres humanos de Dios. Buscan la victoria total sobre el pecado, reconociendo que continuarán con la naturaleza humana pecaminosa hasta el día en que “este cuerpo corruptible se vista de incorrupción, y lo que es mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:54). En palabras de Elena G. de White, “mientras Satanás reine, debemos someter el yo y vencer los pecados que nos acosan; mientras dure la vida no habrá ocasión de descanso, ningún punto al que podamos llegar y decir: ‘Lo he alcanzado todo completamente’. La santificación es el resultado de una obediencia de por vida” (Hechos de los Apóstoles, p. 560, 561). Los perfeccionistas, en cambio, propugnan, ya en esta vida, un nivel de perfección plena en el que, como alguien ha dicho, ya no necesitamos orar “perdónanos nuestras deudas” (Mateo 6:12), pues supuestamente no tendremos más pecados por los cuales pedir perdón.

Uno de los relatos más ilustrativos de la diferencia entre perfección y perfeccionismo es la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14). Mientras el fariseo seguía con orgullo el camino del perfeccionismo, el publicano avanzaba por el camino de la perfección, considerándose pecador e indigno. En realidad, los que están en el camino de la perfección en Cristo, aunque todavía no son perfectos, ya son considerados perfectos en Cristo, quien es perfecto (Filipenses 2:12-15); pero nunca se considerarán a sí mismos como tales (cf. 1 Timoteo 1:15). Además, mientras que los perfeccionistas son más críticos con los demás que con ellos mismos, los que se están siendo santificados son más estrictos consigo mismos que con los demás.

Autor: Pr. Alberto Timm, Ph. D.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web:  https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/perfeicao-e-perfeccionismo/

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