¿En qué sentido el castigo de los impíos será eterno?
Infierno
agosto 29, 2025

El sufrimiento sin fin no parece encajar con un Dios de amor eterno.
Alberto R. Timm
Muchas personas asocian el “castigo eterno” (Mateo 25:46) con la creencia popular de un infierno en el que los impíos serán quemados por toda la eternidad. Pero si es así, ¿por qué el pecado, que no es eterno, tiene un principio pero nunca puede tener un final? ¿Por qué un niño que solo vivió 12 años en este mundo y murió debe ser sometido a las torturantes llamas del infierno por toda la eternidad, como los mayores criminales de la historia? ¿No distorsionaría esta creencia medieval el concepto bíblico de un Dios justo y amoroso?
Es cierto que la Biblia relaciona el “castigo eterno” de los malvados con el “fuego eterno” (Mateo 18:8; 25:41) o “fuego inextinguible” (Marcos 9:43) que los destruirá después del milenio (Apocalipsis 20:7-15). Pero ese fuego será “inextinguible” en el sentido de que no se apagará hasta que haya cumplido completamente su misión destructiva. Será “eterno” en sus consecuencias. Los que son destruidos por ella nunca volverán a existir. Judas 7 pone la destrucción de Sodoma, Gomorra y las ciudades circundantes (véase Génesis 19:1-29), que no arden hasta el día de hoy, como “ejemplo del fuego eterno”.
“La Biblia deja claro que la sentencia punitiva de cada impenitente será directamente proporcional a sus obras” (Apocalipsis 20:11-15; véase también Mateo 25:41-46). Cristo declara, en lenguaje metafórico, que algunos serán castigados en el juicio final con “unos pocos latigazos” y otros con “muchos latigazos” (Lucas 12:47-48). Y el libro del Apocalipsis afirma que el diablo, la bestia y el falso profeta “serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:10). Pero incluso este tormento más largo los destruirá por completo y los dejará “sin raíz ni rama”.
“Porque he aquí viene el día ardiente como un horno, y todos los arrogantes y todos los que hacen maldad serán como paja. Aquel día que vendrá los quemará y no les dejará ni raíz ni rama, ha dicho el Señor de los Ejércitos” (Malaquías 4:1).
El pecado y el sufrimiento tuvieron un principio y también tendrán un fin. Llegará el día en que no habrá más “lágrimas”, ni “llanto, ni clamor, ni dolor” (Apocalipsis 21:4).
Autor: Alberto R. Timm
Fuente
Señales de los Tiempos, junio de 2001, 30.
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/em-que-sentido-o-castigo-dos-impios-sera-eterno/
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