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¿Dar vino a los angustiados?

Proverbios

mayo 12, 2025

¿Enseña Proverbios 31:6-7 que las personas amargadas pueden beber vino para olvidar sus penas?

Ozéas Moura

El capítulo 31 de Proverbios presenta el consumo de vino como algo negativo: esta bebida embota la mente de las autoridades haciéndoles olvidar la ley y pervertir el derecho (Proverbios 31:4, 5). Y lo que daña las mentes de las autoridades también debe dañar las mentes de las demás personas.

Sin embargo, como excepción, se menciona que dé bebida fuerte “al que va a perecer, y vino a los de ánimo amargado” (Proverbios 31:6). Este versículo bíblico se ha utilizado para justificar la ingesta de bebidas alcohólicas ya sea por placer o como antídoto contra el estrés de la vida cotidiana y las penas que, de vez en cuando, nos abaten a todos. ¿Estaría este versículo justificando la ingesta de bebidas alcohólicas “para olvidar”? Otros piensan que este versículo bíblico permite el uso de bebidas embriagantes solo para los enfermos terminales, como antídoto contra el dolor y la angustia que se derivan de una situación extrema. Al fin y al cabo, en los tiempos bíblicos, esta era la costumbre, ya que en Israel no se utilizaban los medicamentos modernos (la morfina, por ejemplo) contra el dolor.

La palabra “vino” en Proverbios 31:6 es yáyin y se usa tanto en el sentido de algo bueno o encomiable (cf. Salmos 104:14, 15) como en un sentido malo o reprobable (Proverbios 23:31, 31:4). Solo el contexto de un versículo bíblico puede arrojar luz sobre si “vino” estaría aludiendo al zumo de uva sin fermentar o al zumo ya fermentado y convertido en bebida embriagante.

El significado de “vino” en este pasaje puede explicarse por la palabra shekár, presente en el mismo versículo y traducida como “bebida fuerte”, bebida fermentada, siempre presentada en sentido negativo cada vez que aparece en el Antiguo Testamento. Aquí, se observa que “vino” (yáyin) es un paralelismo sinónimo de “bebida fuerte” (shekár), y debe significar ‘vino embriagador’. Nótese el paralelismo:  Denle bebida fuerte (shekár) al que está pereciendo, y vino (yáyin) a los amargados de alma.

También hay que tener en cuenta que la expresión “los que perecen” es paralelamente sinónimo de “los amargados de espíritu”. Uno enunciado arroja luz sobre el otro. Es decir, los “amargados de espíritu” son los mismos que “los que perecen”. Y estas expresiones apuntan a alguien que está muriendo, en fase terminal, al que hay que darle bebidas embriagantes para aliviar el dolor y la angustia. Este verso no permite en absoluto las bebidas embriagantes a personas sanas, que no están pasando por situaciones extremas ni corren riesgo de muerte inminente.

En cuanto a las bebidas alcohólicas, ya sean de zumo de uva fermentado o de algún cereal, como la cebada, lo mejor es abstenerse por completo. La verdad es que nunca se sabe hasta dónde llegará alguien que ha ingerido el primer sorbo. En caso de duda, no pruebes. Sigue el consejo de Pablo: “No se embriaguen con vino… Más bien, sean llenos del Espíritu” (Efesios 5:18). La embriaguez comienza con la primera dosis.

Autor: Ozéas Moura es doctor en Teología, con especialización en Antiguo Testamento.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/dar-de-beber-vinho-aos-angustiados-proverbios-31/

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