¿Es justificable la mentira en algunas situaciones?
Mentira
febrero 6, 2023
¿Habría aceptado Dios el empleo de la mentira, como en el caso de Rahab (Josué 2:3-7) e incluso ordenado al profeta Samuel que mintiera (1 Samuel 16:1-4)?
Pr. Ozeas C. Moura
Doctor en Teología Bíblica
Para empezar la discusión, hay que decir que la Biblia no apoya el uso de la mentira en ninguna situación; al contrario, lo atribuye al diablo: “Ustedes son de su padre el diablo, y quieren satisfacer los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira” (Juan 8:44). Ahora bien, puesto que Dios no apoya ningún tipo de mentira, ¿cómo podemos entender la mentira de Rahab y la instrucción divina a Samuel de omitir el objetivo principal de su visita a Belén? Analicemos la mentira de Rahab, relatada en Josué 2:3-7:
“Entonces el rey de Jericó envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda la tierra. Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran. Y cuando se iba a cerrar la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis. Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado. Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los perseguidores”.
Está claro que Rahab sabía quiénes eran esos dos espías, según sus propias palabras en 2:8-13. Entonces, ¿qué hay de su evidente mentira, aunque fuera para salvar su propia vida y la de los dos israelitas? ¿El hecho de que su mentira se mencione en la Biblia es una indicación de que Dios habría aprobado aquello? En primer lugar, debemos recordar quién era Rahab. Era cananea, prostituta y adoradora de ídolos. Por tanto, no debemos exigirle más de lo que puede dar. Es decir, no debemos juzgarla a la luz del conocimiento que Israel tenía de Dios y de lo que estaba bien o mal. Ella actuó como lo habría hecho un pagano típico. “PEn el caso de un cristiano, la mentira nunca puede justificarse, pero a una persona como Rahab la luz no le llega sino gradualmente… ‘Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan’ (Hech. 17: 30). Dios acepta las intenciones sinceras y honradas aunque en ellas haya mezcla de debilidad e ignorancia. La fe de Rahab, al ser probada, resultó genuina. Dios nos acepta como somos, pero debemos crecer “en la gracia” (2 Ped. 3: 18)” (Comentario Bíblico adventista del Séptimo Día, t. 2, p. 187).
Así, vemos que la Biblia solo menciona la mentira de Rahab, pero sin por ello avalarla ni apoyarla. Lo cierto es que Rahab debió de cambiar su forma de actuar cuando se casó con Nahasón, un príncipe de la tribu de Judá (Mateo 1:5), y así se convirtió en antepasada de Cristo. Puesto que figura en la galería de los héroes de la fe (Hebreos 11:31), sin duda dejó de lado el uso de la mentira. El caso de Samuel es más difícil de entender que el de Rahab, que era pagana. Samuel era israelita y también profeta de Dios. ¿Cómo entender, entonces, la instrucción divina que se le da en 1 Samuel 16:1-4: “Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido. Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? “.
Se trata de un caso de “información incompleta”, es decir, Samuel no debía contar en ese momento todo sobre su visita a Belén, ya que el rey Saúl podía matarlo a él y también al que sería ungido (en este caso, David) y quien sabe también incluso a toda la familia de su padre Isaí. Cuando Samuel dijo a los ancianos de Belén: “He venido a sacrificar al Señor”, no mentía, pues para eso había ido a Belén. Solo que, en ese momento, no debía revelar el propósito mayor de su visita, que era ungir a un nuevo rey: “No era de interés público que se conociera inmediatamente el ungimiento de
David” (Ibid., p. 529).
En cualquier situación, y especialmente en las de riesgo, el cristiano debe seguir el consejo de Cristo: “He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10:16). Imagínate a un cristiano con un cargamento de Biblias intentando entrar en un país donde el cristianismo está prohibido. Cuando un guardia de aduanas le pregunte qué lleva, ¿sería prudente dar todos los detalles del contenido de las cajas, diciendo que son Biblias, incluido el tipo de versión, si son de bolsillo o encuadernadas, el color, el tamaño? ¿O bastaría con decir que lleva libros? Ahora bien, si te preguntaran si lo que te llevas son Biblias, entonces deberías decir que sí, que son Biblias. En otras palabras, no deberías decir más de lo que te preguntan. Vivimos días de mucha falta de honestidad y veracidad. Dios espera que todo seguidor suyo diga siempre la verdad, pero con prudencia guiada por el Espíritu Santo.
Autor: Pr. Ozeas C. Moura, doctor en Teología Bíblica.
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/e-a-mentira-justificavel-em-algumas-situacoes/
Si deseas saber más de la Biblia, solicita gratis el siguiente curso: