Llenos del Espíritu Santo
Espíritu Santo
septiembre 11, 2023
El Señor quiere llenar nuestro ser de la presencia y el poder del Espíritu, que es dado como don a los que conocen a Cristo el Salvador.
Ángel Manuel Rodríguez
Limitaré mis comentarios a la utilización de la frase «llenos del Espíritu Santo», que solo se usa en el Evangelio de Lucas y en Hechos. El verbo griego es pímplēmi («llenar, completar»), pero también encontramos el adjetivo pléres («lleno») asociado con el Espíritu. El verbo es usado de manera literal (Luc. 5:7; 1:23), pero nos concentraremos en su uso metafórico.
1. Llenos de emociones: Los seres humanos somos criaturas emocionales, y las emociones pueden excedernos. Después de escuchar a Jesús, los habitantes de Nazaret «se llenaron de ira» (thumós, 4:28) y procuraron matarlo. Jesús sanó a un hombre en sábado, y los líderes religiosos «se llenaron de furor» (ánoia, 6:11) y comenzaron a planear qué hacer con él. Ellos también vieron la obra de los discípulos y «se llenaron de celos» («envidia» [zélos], y de hostilidad; Hech. 5:17; también 13:43) y los arrestaron. En Éfeso, se produjo una revuelta y «la ciudad se llenó de confusión» (19:29).
En otras ocasiones, las personas se llenaron de buenas emociones. Jesús sanó a un paralítico y todos quedaron «sobrecogidos de asombro» (o temor reverencial [phóbos]; Luc. 5:26). Pedro sanó a un mendigo lisiado y todos «se llenaron de asombro y espanto» (temor, sobrecogimiento [thamboia] y «perplejidad, gran sorpresa» [ékstasis], Hech. 3:10).
Estos ejemplos indican que cuando los humanos estamos llenos de una emoción, esta nos controla y nos lleva a acciones particulares. El estímulo proviene desde afuera y cambia nuestro estado interno y nuestra conducta externa. Con excepción del alboroto de Éfeso, las diversas emociones fueron provocadas por la proclamación del mensaje de Jesús y sus discípulos. El evangelio busca llenar la vida interna con lo que es bueno, pero si se rechaza, esta se llena de hostilidad y emociones autodestructivas. Las reacciones de asombro y sobrecogimiento mantienen abierta la puerta para que seamos llenos del Espíritu.
2. Llenos del Espíritu: A Zacarías se le dijo que su hijo, Juan el Bautista, sería «lleno del Espíritu Santo» desde el vientre de su madre (Luc. 1:15), lo que expresa ideas de elección, orientación y servicio. Elizabeth vio a María y, llena del Espíritu (1:41), reconoció que María portaba en sí al Mesías. Zacarías y Pablo profetizaron cuando fueron llenos del Espíritu (1:67; Hech. 13:9). En Pentecostés, los discípulos fueron capacitados para hablar en lenguas diferentes (Hech. 2:4) y, a partir de ese momento, llenos del Espíritu, hablaron con valor de Jesús (4:8, 31; 9:17-22). La iglesia era un espacio espiritual dentro del cual el Espíritu se mantenía activo, llenándola de su presencia.
3. Significación de estar llenos del Espíritu: A manera de resumen: En primer lugar, los seres humanos somos seres emocionales en quienes Satanás está listo para llenarnos de emociones malignas (Hech. 5:3; 13:9) que nos gobiernen, que nos lleven a hacer el mal y nos opongan a la obra de Dios. Mediante sus acciones, son revelados los caracteres y propensiones. En segundo lugar, el Señor quiere llenar nuestro ser de la presencia y el poder del Espíritu, que es dado como don a los que conocen a Cristo el Salvador. En tercer lugar, cuando el Espíritu habita en nosotros nos transforma, nos hace buenas personas y fortalece nuestra fe (Hech. 11:24). Con él obtenemos la sabiduría divina y el discernimiento espiritual que nos permite reconocer la actividad de Dios (Hech. 6:3; 7:57). En cuarto lugar, la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida se hace visible mediante vidas transformadas de servicio a Dios y a nuestro prójimo. En quinto lugar, el Espíritu Santo nos capacita para que seamos testigos, para que hagamos algo por el Señor. No todos son profetas, porque ser llenos del Espíritu depende de la voluntad de Dios para cada uno. En sexto lugar, ser llenos del Espíritu no necesariamente implica hacer milagros. Ese elemento está presente, pero está subordinado a la misión de la iglesia. Que Pablo fuera lleno del Espíritu no estuvo acompañado de una manifestación sobrenatural. Fue capacitado para predicar (9:17-22). La sanación y las señales añadieron efectividad a la manifestación más importante
de ser lleno del Espíritu: ser guiado por el Espíritu y cumplir la misión de la iglesia (Hech. 4:29-31).
Autor: Ángel Manuel Rodríguez, Th. D., fue director del Biblical Research Institute (Silver Spring, Maryland, Estados Unidos).
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web:https://www.adventistbiblicalresearch.org/es/materials/llenos-del-espiritu/
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