El don de lenguas
Dones
octubre 27, 2025
Como cualquier otro don (2 Corintios 12-14), [el don de lenguas] se entrega para edificar la iglesia. El énfasis del regalo nunca está en el receptor, siempre está vinculado al servicio y a la construcción de la iglesia.
Alberto Timm
Para identificar el verdadero don de lenguas, es necesario entender primero la enseñanza bíblica sobre los dones espirituales. En 1 Corintios 12:1-11, Pablo aclara que “hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo” (versículo 4); que los dones son distribuidos por el Espíritu “como él quiere” (versículo 11); y que siempre se dan “para beneficio de todos” (versículo 7). El fin puede ser “la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12) o la capacitación de los cristianos para la proclamación del evangelio (Hechos 1:8).
Si consideramos detenidamente la experiencia de los discípulos en Pentecostés, registrada en Hechos 2:1-13, nos daremos cuenta de que en aquella ocasión se reunió en Jerusalén gente de “todas las naciones bajo el cielo” (versículo 5; véanse también los versículos 9-11). Fue para proclamar el evangelio, en este contexto específico, que el Espíritu Santo dio a los discípulos el verdadero don de lenguas. Y el propio texto bíblico confirma que cada uno de los presentes en Pentecostés escuchó el mensaje en su “propia lengua materna” (versículos 6, 8 y 11).
El pensamiento de que el genuino don de lenguas se manifiesta hoy en día en forma de lenguas extáticas, que ningún pueblo o nación las habla actualmente, carece de fundamento bíblico. Las diversas alusiones en la Reina Valera 1960 a “lenguas extrañas” (1 Corintios 14:4, 13, 27) no aparecen como tales en el texto griego original (así, tampoco aparece en la RVR-2015), donde la expresión utilizada es simplemente “lenguas”. Por otro lado, el intento de identificar las manifestaciones modernas de lenguas extáticas como lenguas “angelicales” (1 Corintios 13:1) no está sancionado por las Escrituras. Cada vez que los ángeles buenos hablaron a los seres humanos, lo hicieron en la propia lengua de las personas con las que se comunicaban (Génesis 18 y 19; Daniel 9:21-27; Lucas 1:11-20, 26-38; 2:8-15; Hechos 12:6-8; y Apocalipsis 22:8 y 9).
Creemos, por tanto, que no todos los pretendidos dones de lenguas son de origen divino. El verdadero don de lenguas lo otorga el Espíritu Santo no para la exaltación personal del individuo ante la comunidad, sino para suplir una necesidad existente. Recibir este don lleva a la persona a hablar en una lengua genuina de una nación, lengua que la persona no conocía, siempre con un propósito evangelizador.
Autor: Alberto Timm, es doctor en Teología.
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/dom-de-linguas/
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