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¿Entregó Dios a los israelitas leyes que no eran buenas?

Ley

noviembre 13, 2024

En Ezequiel 20:25, Dios dijo a los israelitas: «Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir» ¿Podría identificar estos estatutos y leyes?

Ángel Manuel Rodríguez

Este quizá sea uno de los pasajes más difíciles del libro de Ezequiel, sino del Antiguo Testamento. Los comentarios bíblicos contienen diferentes intentos de explicarlo, pero desafortunadamente ninguna de estas interpretaciones ha sido ampliamente aceptada. Esta diversidad de posiciones indica la complejidad del pasaje. Al interpretar el texto bíblico, es bueno ser conscientes de los problemas que enfrentamos al intentar proveer una comprensión de este pasaje basada en la Biblia.

1. El problema del texto: Si Ezequiel está diciendo que Dios le dio a los israelitas estatutos que «que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir», se estaría contradiciendo. Este es el problema básico que enfrentamos. En ninguna otra parte del Antiguo Testamento hay alguna ley o estatuto divino del que se diga que «no es bueno». En otras partes, el Señor dijo a los israelitas: «Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos» (Lev. 18:5). «Para que los ejecutéis, y viváis» (Deut. 4:1). Incluso es más sorprendente encontrar esta precisa idea expresada en el mismo capítulo de Ezequiel 20: «Y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá» (vers. 11). Esta misma idea se encuentra en los versículos 13 y 21: «El hombre que los cumpliere, vivirá». Estas declaraciones contradictorias, ¿pueden ser armonizadas?

2. Consideraciones contextuales: Ezequiel 20:25 pertenece a un pasaje en el que el Señor hace un recuento de sus hechos poderosos de redención en favor de Israel durante su salida de Egipto y su peregrinaje por el desierto. Pero el mayor interés del texto es revelar el espíritu constante de rebelión manifestado por el pueblo de Dios en acciones de idolatría. Dios no los destruyó solo por su amor y la preocupación por su propio honor. Dentro de ese repaso de lo que hizo por Israel, el Señor dice: «Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir». Por lo tanto, se está refiriendo a un momento particular. Sin embargo, el contexto también indica que las leyes que Dios le dio a su pueblo eran buenas y que se esperaba que vivieran por ellas. Sea cual fuere el significado de Ezequiel 20:25, es claro que Ezequiel mismo, al igual que el resto del Antiguo Testamento, consideró que las leyes de Dios son buenas.

3. Hacia una solución: Quizá se encuentre una solución en el próximo versículo (Eze. 20:26), donde se menciona una ley específica. El pasaje se refiere a la ley del primogénito. Todo primogénito pertenecía al Señor, pero dado que el Señor rechaza el sacrificio de niños, los israelitas debían redimir a sus hijos. Desafortunadamente, a veces escogían sacrificar a sus hijos a la deidad pagana Moloc, una práctica mencionada explícitamente en el versículo 31. Ésta ciertamente era una ley mala, no del Señor. De esta manera, el contexto nos informa lo que se quiso dar a entender por una ley «que no era buena». Si este es el caso, tenemos que preguntarnos por qué el Señor les diría que les había dado estatutos que no eran buenos. Debemos mirar con más detenimiento el texto.

Muchas versiones bíblicas traducen el primer verbo de Ezequiel 20:25 como «les di…» Esta es una buena traducción, pero hay otras posibilidades. Por ejemplo, también encontramos: «Llegué a imponerles…» (El Libro del pueblo de Dios); «Y tuve que llegar a darles…» (Versión de Evaristo Martín Nieto); y «E incluso llegué a darles…» (Biblia de Jerusalén). Estas traducciones están basadas en el hecho de que, cuando el verbo hebreo natán («dar») es seguido por la preposición hebrea le(a), podría significar «entregar a alguien a». En este caso, el texto estaría diciendo que, dado que los israelitas estaban determinados a seguir las malas leyes de sus vecinos, el Señor ratificó su rebelión voluntaria contra él al entregarlos a obedecer leyes que no eran buenas.

La idea de que Dios confirma la desobediencia al entregar a su pueblo a ella es testificada en otros lugares de la Biblia (por ejemplo, Isa. 6:9, 10; 63:17; 2 Tes. 2:11, 12). De acuerdo con Ezequiel 20:26, incluso el Señor busca impresionarnos con la magnitud de nuestro pecado, esperando llevarnos al arrepentimiento.

Autor:Ángel Manuel Rodríguez, Th. D., fue director del Biblical Research Institute (Silver Spring, Maryland, Estados Unidos).

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://www.adventistbiblicalresearch.org/es/materials/ezequiel-2025/ 

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