Estrés: exceso de presente
Estrés
septiembre 10, 2025

“Sus consecuencias no solo afectan al cuerpo, sino también a la mente y a las emociones”.
Julián Melgosa y Michelson
El estrés forma parte de nuestra vida diaria. La presión del tiempo y el trabajo, los problemas de relaciones, el ruido, la contaminación, las finanzas y la inseguridad son solo algunas de las causas del estrés.
Sus consecuencias afectan no solo el cuerpo sino también la mente y las emociones. La tensión debe ser tratada con precaución, pues sus efectos traen grandes daños y pueden ser fatales. Por otro lado, en la justa medida, el estrés es una fuente de motivación que debe aprovecharse. Los mecanismos de estrés liberan energía suficiente para enfrentar casi cualquier situación. Algunos incluso lo clasifican de la siguiente manera: estrés, condición fisiológica necesaria y útil para la vida y la supervivencia; distrés, condición de desequilibrio, perjudicial para la salud.
Los peores efectos del estrés sobrevienen cuando estas situaciones se prolongan. Este era el caso de Pablo, quien ya había cruzado la barrera de defensa. Cuando esto sucede, el cuerpo comienza a sentir las consecuencias y, como resultado, baja la resistencia del sistema inmunológico, que nos protege de las infecciones. Por tanto, somos más propensos a todo tipo de enfermedades, incluyendo los resfriados. Ahora, imagine el estrés junto con la depresión. ¿De qué sería capaz este dúo?
Efectos físicos y psicológicos del estrés
El estrés tiene influencia sobre diversas enfermedades, y el estado de desequilibrio causado por él debilita la mente y el cuerpo para hacer frente a estas situaciones. El pensamiento, las emociones y la conducta también sienten los efectos del estrés excesivo.
Pensamiento: dificultad para pensar con coherencia, falta de memoria, falta de concentración, conceptos erróneos, etc.
Emociones: tensión constante, temor a contraer alguna enfermedad, impaciencia e irritabilidad, complejo de inferioridad, etc.
Comportamiento: disminución de la fluidez verbal, riesgo de usar sustancias nocivas, ausentismo escolar y laboral, dificultad para dormir, problemas de relaciones, etc.
Estrés permanente: gran peligro
Pablo aún no había llegado al punto de desarrollar una enfermedad física, pero estaba en camino. Necesitaba con urgencia cambiar su estilo de vida; de lo contrario, el precio pagado por él y la familia sería demasiado alto. Cuando el rendimiento del trabajo se mantiene a expensas de un alto estrés y una gran tensión, se pierde la eficiencia. Y, cuando su duración se prolonga, existe el riesgo de trastornos graves en el cuerpo y la mente.
En un experimento realizado con cuatrocientos participantes, todos en buen estado de salud, se midió el nivel de estrés en los últimos doce meses. Se les administró un spray nasal que contenía cinco tipos diferentes de virus del resfriado común. Luego fueron examinados diariamente para analizar la presencia o ausencia del virus en las vías respiratorias y los posibles síntomas de resfriado. Vea los resultados:
- Se encontraron virus en casi todos los participantes.
- Solo un tercio contrajo un resfriado.
- A mayor nivel de estrés, mayor cantidad de virus.
- A mayor nivel de estrés, mayor manifestación de síntomas.
- Los clasificados con un alto grado de estrés contaban con el doble de posibilidades de contraer un resfriado.
- Los efectos del estrés fueron significativos incluso después de eliminar variables importantes como la edad, el ejercicio, la dieta, y el consumo de alcohol y tabaco.
Cómo prevenir el estrés
El buen uso del tiempo evita el estrés; ¿sabemos cómo organizarlo? El tiempo es uno de los bienes que todos recibimos en la misma medida; ¿cómo lo utilizamos cada uno? ¿Qué hacer para utilizarlo equilibradamente?
Ser realista: Ya conoce el dicho: “No se puede dar un paso mayor que las piernas”. Ese pensamiento advierte contra la pretensión de hacer muchas cosas a la vez, porque terminan siendo mal hechas. Usted tiene que fijar metas que puedan alcanzarse en el tiempo disponible.
Establecer prioridades: Al conocer las prioridades, se hace más fácil concentrarse en tareas más importantes. Esto tiene mucho que ver con sus valores y creencias. ¿Qué posición ocupa el dinero en su vida? ¿Qué tan importante es su trabajo? ¿Cómo considera sus relaciones familiares? ¿Juzga valiosa la ayuda de los demás? ¿Demuestra valores religiosos en su vida? Dependiendo de sus respuestas, usted le destinará un tiempo adecuado a cada aspecto.
Variar las tareas: No será feliz únicamente desarrollando una actividad, ya que puede llegar a ser obsesivo o tedioso. El trabajo es importante para que usted obtenga ingresos y satisfacción personal. La relación de pareja y la familia son también un buen equilibrio de ingredientes. El ocio ofrece mucha satisfacción y debe complementar el trabajo regular; por lo tanto, hará bien en alternar el trabajo físico con el ocio tranquilo, o el trabajo sedentario con el ocio activo.
Ser organizado: Prepare una lista de cosas que tiene que realizar durante el día y la semana. Centralícese en ellas y no se distraiga con otras cosas que llamen su atención de los objetivos deseados. Si siente una presión excesiva, disminuya algunas de sus actividades. Si cree que la tarea es poca, trate de añadir algo más.
Vivir con sencillez: Ocios que consumen mucho tiempo, vacaciones derrochadoras y deportes extravagantes nos absorben de tal manera que pueden convertirse en causas de estrés. Todos requieren no solo grandes gastos económicos, sino también el uso de tiempo y energía con el fin de hacerlos realidad. Realice actividades simples, tales como pasear al aire libre o leer un buen libro. Aprenda a ser feliz con cosas simples, que proporcionan verdadera felicidad.
Cómo superar el estrés
El tratamiento del estrés tiene que ser completo, integral. Debe cubrir todos los aspectos sociales (trabajo, familia, amigos, etc.). En períodos de crisis de estrés, elija la cantidad de trabajo que puede poner en práctica razonablemente y no se preocupe por nada más. Preste atención a sus relaciones, olvídese de sí mismo, trate de ser agradable y ofrezca su amistad a los demás. Ayude a alguien, conocido o no, siendo amable o haciendo una pequeña contribución humanitaria. La reacción de los demás lo ayudará.
Superar el estrés implica las diferentes dimensiones de la vida: física, mental y espiritual. Tenga en cuenta las siguientes pautas:
Plano mental: La terapia más eficaz en casos de estrés se llama psicoterapia cognitiva, y consiste en enseñar a la persona a controlar sus pensamientos, en lugar de dejar que los pensamientos la dominen. ¿Cómo se logra esto? Practicando estos ejercicios varias veces:
- Prohibirse los pensamientos negativos.
- Elegir los temas y motivos de pensamiento positivo o neutro. Por ejemplo, experiencias agradables del pasado, personas a quienes admiramos, amistades divertidas o episodios de algún libro o película especial. Pensar en estas cosas al desempeñar las tareas de rutina, o para reemplazar los pensamientos que causan preocupación.
- Tener como motivación las preocupaciones constructivas. Para resolver los problemas que causan estrés, es necesario pensar en alternativas, recursos y otras formas de superar una dificultad, y así no se sumergirá en una preocupación destructiva, repetitiva y obsesiva.
- Abandonar las creencias irracionales. Algunas personas tienen ideas y creencias negativas sobre sí mismas y el entorno en que viven que son ilógicas, arruinan la autoestima y aumentan el estrés. Por ejemplo: “Soy bueno para nada”, “a nadie le gusta mi compañía”, “la felicidad viene por casualidad, y todavía no ha llegado mi hora”, “mi supervisora me odia y solo quieren hacerme daño”. Estas ideas deben ser rechazadas. Y si alguien no puede hacerlo solo, debe buscar la ayuda de un psicoterapeuta para hablar sobre este tema y deshacerse de estas creencias irracionales.
Plano físico: El ejercicio es la mejor medicina contra el estrés. Si lo permite su salud, haga ejercicio vigoroso (correr, nadar, practicar deportes) o una caminata rápida todos los días.
La relajación es otro buen remedio: separe media hora cada día para descansar (no dormir) tensando los músculos uno por uno, alternando momentos de relajación después de cada tensión.
La respiración profunda de vez en cuando también es muy útil para combatir el estrés: respire profundamente, presione el abdomen (no los pulmones) y mantenga el aire durante unos segundos antes de exhalarlo.
Todos estos consejos se detallarán en el capítulo 9.
Plano espiritual: La paz mental es incompatible con el estrés. Una conciencia tranquila puede obtenerse a través de la fe y la oración.
El Señor Jesús, después de un agotador día de sermones, caminatas y presiones de la multitud, dijo a sus discípulos: “Vengan conmigo ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco” (Marcos 6:31). Su método consistía en levantarse de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, e ir a un lugar desierto para orar (S. Marcos 1:35).
La meditación que recomendamos tiene su fundamento en la Biblia. En un ambiente libre de distracciones, trate de leer un pequeño texto bíblico (algunos versos del libro de los Salmos o Proverbios, por ejemplo). Concéntrense al máximo en esta lectura, reflexione en su significado, sienta la fuerza poética del texto y descubra su mensaje. ¡Eso marca una gran diferencia! Pruebe.
Es importante hacer esto durante quince a veinte minutos y terminar con una oración a Dios, agradeciéndole por su mensaje y pidiéndole fuerzas para enfrentar las dificultades causadas por el estrés. También es útil leer la experiencia de un personaje de la Biblia y la inspiración de su historia.
Busque en la Biblia las sorprendentes historias de Abraham, Jacob, José, Moisés, Samuel, Jonatán, David, Sansón, Jonás, Ester, Elías, Pedro, Pablo y, sobre todo, la vida de Jesús y sus enseñanzas. Aprenda las lecciones de estos magníficos personajes. La lectura y la reflexión sobre estos asuntos son incompatibles con el estrés.
Practique la salud total
La mejor manera de prevenirse contra el estrés es adoptar un estilo de vida saludable y equilibrado, tanto con el cuerpo como con la mente. Mantener una buena salud física y mental no es algo caro ni difícil, y está al alcance de todos.
Debemos tener cuidado con los pensamientos obsesivos. ¿Se ha sentido incapaz de dejar de pensar en algo? Trate de deshacerse de esa amenaza mediante la observancia de los siguientes pasos:
- Identifique los pensamientos que le causan ansiedad o estrés.
- Al primer indicio de la posibilidad de pensamientos indeseables, diga (o grite, si es necesario): ¡BASTA! ¡SE TERMINÓ! ¡PUNTO!
- Trate de distraerse ocupando la mente con pensamientos más edificantes.
Siempre cultive una actitud positiva hacia todas las cosas, y ocupe su mente con temas agradables y constructivos. Entienda que solo cuando el uso de esta técnica de control se transforme en hábito, usted será capaz de “prohibirle” a su mente pensamientos indeseables de manera instintiva y segura.
Autor: Julián Melgosa y Michelson
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/estresse-excesso-de-presente/
Si deseas saber más de la Biblia, solicita gratis el siguiente curso: