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Mortalidad e inmortalidad

Vida

febrero 17, 2023

¿El ser humano fue creado mortal o inmortal?

Pr. Alberto Timm, Ph. D.

Para comprender el concepto bíblico de inmortalidad debemos distinguir claramente entre la inmortalidad inherente a Dios y la inmortalidad condicional de sus criaturas. La Biblia afirma que Dios es “el único que posee inmortalidad” inherente a sí mismo (1 Timoteo 6:16). Como única Fuente de vida, Dios concedió originalmente el don de la inmortalidad a todas sus criaturas con la condición de que siguieran viviendo en plena comunión con él. Por lo tanto, el estado de inmortalidad en el que los seres humanos fueron creados originalmente no era algo inherente a ellos mismos, sino derivado de su relación con Dios.

Cuando por el pecado Adán y Eva se separaron de Dios, perdieron el don de la inmortalidad y quedaron sujetos a la muerte (Génesis 3). Pablo deja claro que “la paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23) y que por el pecado de Adán la muerte entró en el mundo (Romanos 5:12). El hombre natural, separado de Cristo, permanece en un estado de alienación espiritual total (Isaías 59:2; Efesios 2:1 y 5) y finalmente sufrirá la muerte eterna y la destrucción completa (Malaquías 4:1). Por otra parte, quienes aceptan a Cristo como Salvador personal obtienen de él, en esta vida, la garantía de la vida eterna (1 Juan 5:12) y recibirán, con ocasión de la segunda venida de Cristo, el don de la inmortalidad (1 Corintios 15:51-54).

Es cierto que muchos cristianos, a lo largo de los siglos, creyeron y siguen creyendo que el ser humano tiene un alma inmortal que habita un cuerpo mortal. Esta alma permanecería viva y consciente incluso después de la muerte del cuerpo. Pero Oscar Cullmann, en su famosa obra titulada Immortality of the Soul or Resurrection of the Dead? The Witness of the New Testament [¿Inmortalidad del alma o resurrección de los muertos? El testimonio del Nuevo Testamento], demuestra que esta teoría no es un concepto bíblico, sino una reminiscencia de la filosofía griega. La Biblia dice que el hombre es un todo indivisible (Génesis 2:7), y que ninguna de sus partes sigue existiendo conscientemente separada del todo (véase Salmo 115:17; 146:4; Eclesiastés 9:5 y 10).

Autor: Pr. Alberto Timm, Ph. D.

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/mortalidade-e-imortalidade/

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