¿Qué representaron las 10 plagas y a qué dioses de Egipto afectaron?
Juicio
diciembre 15, 2025
Uno de los relatos más espectaculares de toda la Biblia y que llama la atención de cristianos y no cristianos es el relato de las 10 plagas que el Señor derramó sobre Egipto y la forma increíble en que se produjo el Éxodo.
Estas terribles plagas pretendían llevar al faraón al arrepentimiento y revelar que Jehová es el único Dios verdadero, el rey soberano del universo. El término faraón era el título dado al rey de Egipto, que se llamaba a sí mismo “hijo de Ra”, como si fuera un dios. Además del falso dios Ra, los egipcios creían en un panteón de otros dioses a los que consideraban responsables de la vida, la fertilidad, la inmortalidad, etc. Como los israelitas fueron reducidos a la esclavitud durante muchos años, los egipcios, a través de su contacto con ellos, tuvieron la oportunidad de conocer al verdadero Dios. Las oraciones de los israelitas, que clamaban por la liberación de la opresión, habían subido al cielo y Jehová las había escuchado. Moisés y Aarón eran hermanos y fueron enviados por Dios para anunciar los juicios inminentes que caerían sobre Egipto si el faraón y sus oficiales no permitían que los hebreos salieran a adorar al Señor en el desierto.
Uno de los propósitos de las 10 plagas era revelar la grandeza, el poder y la soberanía de Jehová como el único Dios verdadero en contraste con las falsas deidades egipcias. El faraón debía reconocer y confesar que el Dios de los hebreos era supremo y que su poder estaba por encima del rey de Egipto y de la nación que gobernaba (Éxodo 9:16; 1 Samuel 4:8). Las plagas eran juicios contra los egipcios, sus dioses y su falsa religión (Éxodo 12:12). ¿Cómo se produjo esto? ¿Por qué las aguas se convirtieron en sangre? ¿Por qué se produjeron plagas como la de las ranas, los piojos y las moscas? ¿Por qué hubo plagas en el rebaño, llagas malignas en los egipcios, lluvia de piedras, infestación de langostas, oscuridad y muerte de los primogénitos? ¿Hay algún significado en todo esto?
1. Agua en sangre (Éxodo 7:14-24)
Cada una de las diez plagas era dolorosamente literal y estaba dirigida contra algún aspecto de la falsa religión. La primera plaga ─la conversión del Nilo y de todas las aguas de Egipto en sangre─ fue una ofensa al dios Nilo (personificación de Hapi), que se creía que era el dios de la fertilidad. Esta plaga provocó la muerte de los peces y fue, por tanto, un golpe contra la religión egipcia que adoraba algunas especies de peces (Éxodo 7:19-21).
2. Ranas (Éxodo 8:2-14)
Las ranas eran animales sagrados para los egipcios, y uno de sus ídolos, la diosa Heqet, tenía cabeza de rana. Los egipcios creían aquella diosa que poseía un poder creativo. Aunque el objetivo principal de esta plaga era castigar a los opresores de Israel, también atraería el desprecio por sus numerosos dioses paganos. La gran multiplicación de ranas hizo que la diosa Heqet pareciera malvada. Atormentaba a la gente que le era tan devota. Las supersticiones de los egipcios les obligaban a respetar a las criaturas que la plaga les hacía odiar y que, si no hubieran sido deidades, las habrían destruido (Éxodo 8:2-14).
3. Piojos (Éxodo 8:16-19)
En la tercera plaga, Aarón extendió su mano con su bastón e hirió el polvo de la tierra, que se convirtió en piojos que infestaron a los hombres y al ganado y a toda la tierra de Egipto. Los magos egipcios intentaron reproducir tal hazaña, pero reconocieron su impotencia y dijeron: “Este es el dedo de Dios” (Éxodo 8:19). Al dios Tot se le atribuyó la creación del conocimiento, la sabiduría, el arte y la magia, pero ni siquiera esta deidad pudo ayudar a los magos a imitar la tercera plaga. Este fue otro golpe contra la falsa religión de Egipto.
4. Moscas (Éxodo 8:20-32)
De nuevo se dio al faraón la oportunidad para que reconociera al Dios verdadero y se arrepintiera dejando que los hebreos fueran a servir al Señor. La cuarta plaga consistía en enjambres de moscas que infestaron todo Egipto. A partir de esta plaga se introduce un nuevo elemento: la distinción entre los egipcios y los adoradores del Dios verdadero (Éxodo 8:22). Mientras que las casas de los egipcios estaban infestadas por enjambres de moscas, los israelitas de la tierra de Gosén no se vieron afectados (Éxodo 8:23, 24). Una vez más la falsa religión egipcia es derrotada. La separación entre israelitas y egipcios era una prueba más del carácter milagroso de los juicios divinos, planeada para impresionar al pueblo de que Dios no era una deidad local o incluso nacional, sino que poseía un poder que se extendía a todos los pueblos. Los egipcios, que estudiaron el curso de los acontecimientos durante estas fatídicas semanas o meses, debieron reconocer la suprema autoridad del Dios de Israel sobre Egipto, así como sobre los propios hebreos.
5. Peste sobre el ganado (Éxodo 9:1-7)
Se anunció con antelación el día en que el juicio divino caería sobre el rebaño egipcio en forma de peste sobre los animales. De nuevo hay una línea de separación entre los hebreos y los egipcios. Del rebaño de Israel no fue herido ni un solo animal, mientras que todo el rebaño de los egipcios murió (Éxodo 9:6, 7). Esta plaga golpeó sin duda la creencia en deidades muy populares en el Antiguo Egipto: Apis (dios sagrado de Menfis, de la fertilidad de los rebaños); Hator (diosa-vaca, diosa celestial); Nut (a veces representada como una vaca).
6. Heridas (úlceras) en los egipcios (Éxodo 9:8-12)
Hasta aquí los magos egipcios estaban presentes cuando se realizaban los milagros. Aunque habían reproducido algunas falsas imitaciones utilizando las ciencias ocultas, en esta ocasión la plaga cayó sobre ellos con tal severidad que no pudieron continuar con el rey. En cambio, huyeron a sus casas para buscar protección y tratamiento. Una vez más, había una clara distinción entre los egipcios y los hebreos. Ningún poder mágico o sobrenatural podía protegerlos.
7. Lluvia de granizos (Éxodo 9:13-35)
Se fijó el tiempo para el comienzo de la séptima plaga (lluvia de granizos). Debía caer sobre Egipto al día siguiente si el faraón no se arrepentía y dejaba salir a los hebreos. Este período de tiempo establecido daría testimonio al rey de que Jehová es el único Señor ─el Creador de los cielos y de la tierra─ y que toda la naturaleza animada e inanimada está sometida a su poder. Estos elementos, considerados por los egipcios como sus dioses, lejos de poder ayudarles, estaban bajo el control del Dios de Israel, el cual los utilizaría como instrumentos para castigar a quienes los adoraban. ¡Cuánto le molesta a Dios la idolatría! Incluso en medio del castigo, Dios se mostró misericordioso, advirtiendo a los egipcios de su inminente perdición e indicándoles que se protegieran a sí mismos y a sus bienes. Si el faraón y sus siervos hubieran aceptado la advertencia dada tan misericordiosamente, las vidas de los hombres y los animales se habrían salvado. Pero la advertencia no fue atendida y hubo grandes pérdidas. El versículo 20 insinúa que algunos egipcios habían aprendido a temer a Dios. Tal vez todavía no lo conocían como el único Dios verdadero, sino solo como alguien a quien debían respetar. El fuerte granizo avergonzaba a los dioses que se consideraba que tenían el control de los elementos naturales; por ejemplo, Iris ─dios del agua─ y Osiris ─dios del fuego─.
8. Langostas (Éxodo 10:1-20)
La plaga de langostas destruyó toda la vegetación que había quedado tras la devastadora lluvia de granizos y demostró que Jehová tenía el control absoluto sobre todos los elementos de la naturaleza. El juicio divino fue una demostración más de que la creencia egipcia en dioses, que suponían que garantizaban una cosecha abundante, eran falsas. Dios llenó el aire y la tierra de langostas y los dioses egipcios Xu (dios del aire) y Shebek (dios de los insectos) no pudieron hacer nada para impedirlo (Éxodo 10:12-15).
9. Tinieblas (Éxodo 10:21-23)
Egipto quedó en una oscuridad tan densa que no era posible ver a la gente, y esta oscuridad duró tres días. Pero en la casa de los hebreos había luz (Éxodo 10:23). Al igual que las plagas anteriores, ésta supuso un duro golpe para los dioses egipcios. Durante siglos, el dios del sol había sido la deidad principal en Egipto, y cada rey se llamaba a sí mismo “hijo de Ra”. En la época de Moisés este dios se identificaba con Amón y se llamaba Amón-Ra. En su honor se construyeron los mayores templos que el mundo ha visto, y uno de ellos, el gran templo de Karnak, en el Alto Egipto, sigue siendo magnífico, incluso en ruinas. Otro dios era el disco solar Atón, que unas décadas después del Éxodo se convirtió en el dios supremo del sistema religioso egipcio. En la época de la novena plaga, la completa impotencia de estos dioses quedó claramente demostrada ante sus adoradores.
10. Muerte de los primogénitos (Éxodo 11-12)
Este golpe caería sobre los primogénitos del hombre y de la bestia. Dios no deseaba exterminar a los egipcios y su ganado, sino solo convencerlos de que ya no se toleraría la oposición a su propósito para Israel. La muerte del primogénito causó la mayor humillación a la religión de Egipto. “Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré en la tierra de Egipto a todos los primogénitos, desde los hombres hasta los animales; ejecutaré el juicio sobre todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor” (Éxodo 12:12). Los gobernantes de Egipto se llamaban a sí mismos “hijos de Ra” y se proclamaban divinos. La muerte del primogénito era una gran humillación. Seguramente presionado por la demanda popular, el faraón envió a sus altos funcionarios, cuando aún era de noche, a convocar a los odiados líderes hebreos a los que había dicho que no volvería a ver (Éxodo 12:31). La rendición del faraón fue completa. No solo les ordenó que abandonaran el país y se llevaran todo lo que poseían, sino que además les pidió algo que los dos hermanos no podían imaginar: “Tomen también sus ovejas y sus vacas, como han dicho, y váyanse. Y bendíganme a mí también” (Éxodo 12:32).
Si las palabras de Moisés y Aarón habían traído maldición, el faraón debió suponer que también podían traer bendición. No se sabe cómo fue recibida su petición, pero el hecho de que se hiciera es un fuerte indicio de lo subyugado que estaba su orgullo.
El Éxodo fue la liberación de la esclavitud del pueblo hebreo del dominio egipcio. Este acontecimiento es un presagio que apunta a una liberación mucho mayor realizada por Jesucristo: la liberación del pecado. Así como Dios condujo a su pueblo en el pasado “con mano fuerte”, también desea conducirnos a la Canaán celestial. Por eso, debemos caminar humildemente con Dios hoy y cada día, y, cuando Cristo regrese, ¡estaremos con él por toda la eternidad!
Autor: Escuela Bíblica
La publicación original de este artículo se encuentra en la página web: https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/o-que-representavam-as-10-pragas-do-egito-e-quais-sao-os-deuses-que-estao-relacionados-com-elascd/
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