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El poder de la paternidad

Dios

junio 6, 2025

En el corazón de todo niño, independientemente de su edad, hay una búsqueda consciente o inconsciente del amor del padre.

Pr. Amin Rodor

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa” (Efesios 6:2).

Casi al final de su vida, John Kingery fue abandonado por su hija cerca de un hipódromo de una ciudad norteamericana. Enfermo de Alzheimer, iba en silla de ruedas y sostenía un pequeño osito de peluche entre sus manos temblorosas.

Cuando su historia y su fotografía aparecieron en los periódicos, Nancy Kingery Myatt, otra hija del anciano, descubrió al padre que había perdido 30 años antes, cuando se había alejado de su primera esposa y sus cinco hijos. Sin embargo, a lo largo de los años, el amor de Nancy por su padre nunca había decaído. Para ella, como afirmaba, nunca había dejado de ser su padre. A los 50 años, Nancy se reencontró con él, entonces de 82. Él no la reconoció, no sabía quién era ni cuál era su nombre. Pero nada de eso impidió que las lágrimas corrieran por su rostro al volver a ver a su padre, perdido durante tanto tiempo. “No tuve padre durante todos esos años”, dijo, “pero ahora lo tengo, y cuanto más lo veo, más anhelo estar con él”. Lo que escuchamos de Nancy Kingery Myatt es testimonio del hambre simple e interminable de un niño, de cualquier edad, por el padre que, en este caso, había desaparecido.

La historia de este padre perdido y encontrado ilustra el poder perdurable de la paternidad y su inextinguible impacto en los niños, aunque sean adultos. En su estado, John Kingery no podía hacer nada por su hija, ni siquiera abrazarla, aconsejarla y mantener con ella una conversación inteligente. Debido a su incapacidad, había quedado reducido a la condición básica del padre de esta mujer. Y para Nancy Kingery Myatt, incluso lo poco que quedaba de su padre era significativo para ella.

¿Eres tú un padre o una madre? Puedes ser joven o mayor. Puedes tener un solo hijo o varios. Puedes ser un padre excelente, mediocre o pésimo. Puede que incluso seas como el Sr. Kingery, incapaz de responder a la vida de tus hijos. Pero, por el mero hecho de ser su padre, tienes un extraordinario poder de influencia. Ese poder no procede principalmente de tu rendimiento, sino de la paternidad misma. Tu elección no es si tendrás el poder y la influencia de un padre, porque ya la tienes. Tú eliges cómo y cuánto utilizar ese poder e influencia. Los hijos, en cambio, deben honrar, dignificar y responder con amor al padre que aún tienen, apreciándolo como un don de Aquel que es el Padre perfecto.

*Amin Rodor es magíster en Divindades y Ph. D. en Teología Sistemática por la Andrews University (1986).

Fuente: Meditações Matinais: Encontros com Deus (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 2014).

La publicación original de este artículo se encuentra en la página web:  https://biblia.com.br/perguntas-biblicas/o-poder-da-paternidade/

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